Solo
soy esa que un día salí del mar. Nunca pensé convertirme en el mejor regalo de
una pequeña niña que cada día me ve por la pecera, todos los días me saluda
esperando que yo le conteste.
Mi
historia empieza aquí. Yo solía siempre estar con un pequeñin del mar, el más
simpático de todos. Este pequeñin era muy juguetón, era noble y tierno. Andábamos
de arriba para abajo y nunca nos cansábamos, yo era su protección.
Un
día algo lo asustó y poco a poco dejó de respirar, yo me fui al fondo del mar
hasta quedar inmóvil. Me sentí olvidada y sin vida.
¿Olvidada
yo? Nooo. Siempre he sido muy alegre y con ganas de jugar, así que pensé que si
no era con mi pequeñin, viviría con alguien más.
Me
moví y me moví hasta que el mar me revolcó en una gigantesca ola y caí en la
playa. Y aquí estoy tímida, sola y llena de arena.
De
repente me di cuenta que no era la única en aquella arena blanca y brillante
por el sol. Deseando que nadie me vea porque me siento desnuda, tratando de
pasar desapercibida para que no me toquen. Bajo este sol me siento muy
calientita.
Y
sigo aquí en la playa, acomodada en la arena. Soy muy liviana, creo que tengo
una piel dorada por el sol, dicen que soy de color rosa y blanca por dentro,
con una figura muy exótica. Mi caparazón es fuerte pero yo soy muy tierna.
Es
mi belleza lo que atrae las manitas de esa niña que se acercan a mí, veo sus
intensiones pero no me puedo mover. Veo sus huellas en la arena y cómo viene
hacía a mí de puntitas, muy lentamente me recoge y con mucho cuidado me quita
la arena que llevo conmigo. Me siento cómoda en su pequeña mano, me hace muchas
cosquillas cuando me baña para dejarme muy limpia.
La
niña me saluda esperando que yo le conteste. No deja de admirarme, me tapa del
sol con sus manitas. Me vuelvo a sentir zangoloteada. Siento que me va tirar y
que puedo morir aplastada pero caigo en una bolsita llena de arena.
Abro mis ojos y ahora estoy en un lugar tan lindo. Pienso que estoy otra vez en el mar. Veo peces pero seguro esto no es el mar.
- - Hola nena yo te conozco, tú me
recogiste en aquella playa. Ahora entiendo que tú me escogiste para estar en tu
pecera y jugar en tu pequeño mar -
Yo
sabía que iba a vivir con alguien más. Ahora soy una linda conchita que alegre
la vida de esta pequeña niña.
Ani Vettorazzi
Enero, 25 del 2012
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